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Recomendaciones para evitar problemas de audición en los niños

La audición es uno de los sentidos más descuidados actualmente, debido a la creciente costumbre de escuchar música a altos niveles de volumen durante mucho tiempo.

El uso excesivo de audifonos e incluso, de celulares a un volumen que sobrepasa el límite de decibeles (85) permitido, puede generar daños irreversibles en los oídos. Aunque los problemas auditivos se presentan a cualquier edad, los niños y jóvenes son los más afectados actualmente.

La potencia de los audífonos de un reproductor de audio puede alcanzar hasta los 100 decibeles, lo que es excesivo si se tiene en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición diaria al ruido no debería superar los 65 decibeles.

Luis Fernando Rincón, médico otólogo del Centro Médico Imbanaco y el Instituto de para Niños Ciegos y Sordos, asegura que uno de los principales pecados que se comenten contra la audición es “el exceso de ruido tanto en sitios de diversión como discotecas y bares, como en sitios de trabajo donde no se utiliza una adcuada protección y se sobrepasan los decibeles permitidos por el oído”.

Según Rincón, a menos que se trate de un daño causado por una explosión, los problemas de audición generalmente tienen síntomas tardíos y progresivos, lo que dificulta el tratamiento.

Uno de los síntomas que se presentan en aquellos que están expuestos a ruidos intensos, como los músicos, es el ‘tinnitus’, que se manifiesta como un zumbido permanente u ocasional en el oído, que no tiene tratamiento y es irreversible.

Luis Fernando Rincón, explica que muchos casos de bajo rendimiento académico en los niños son mal juzgados y se les considera faltos de atención o indisciplinados, cuando en realidad se trata de un problema de audición que no les permite estar a tono con las directrices de la clase, y por lo tanto buscan otras actividades que les llamen más la atención.

Es un síntoma de alerta la dificultad para entender cuando hay varias personas hablando a la vez o cuando hay un ruido de fondo.

Si los niños no responden a ruidos fuertes, no pueden decir de dónde proviene un ruido o una voz, no siguen instrucciones o lo hacen de forma errónea, hablan por encima de lo normal, o responden de forma agresiva son señales a las que hay que prestarles atención.

En la prevención está la clave. A todos los bebés se les debe hacer una prueba inicial de la audición antes de que cumplan 1 mes de edad. Si este no pasa la prueba de la audición, es muy importante que se le haga una evaluación completa de la audición a más tardar a los 3 meses de edad. Los niños prematuros o que sufrieron algún problema durante su etapa de gestación son más vulnerables a tener este tipo de problemas.

En el caso de los niños y las personas mayores de 55 años, se aconseja acudir al menos una vez al año para una revisión médica, con el fin de comprobar que no haya ninguna pérdida auditiva y en caso de existir, actuar a tiempo, bien sea con tratamiento, cirugía o audífono, que son las soluciones para este tipo de dolencias.

También se aconseja buscar atención médica si se presenta un cambio repentino en la audición, retrasos en el desarrollo del lenguaje y aprendizaje de los niños, zumbidos o sonidos constantes, dolores punzantes o pérdida auditiva.

¡Todos manos a la obra!
Reducir el número de aparatos ruidosos que funcionan al mismo tiempo.
No use reproductores de música durante más de una hora al día.
No se exponga a ruidos fuertes innecesarios. Si trabaja con equipos ruidosos, use protección auditiva y haga pausas durante la jornada con el fin de dejar descansar los oídos.
No subestime el potencial de daño serio a la audición de enfermedades aparentemente no relacionadas. Resfríos severos y enfermedades de niño como paperas, sarampión y tos convulsiva son causas significativas de pérdida auditiva.
No regale juguetes ruidosos a los niños.
La norma 60/60, resulta clave: ni más del 60 % del volumen, ni más de 60 minutos de conexión a los aparatos de sonido.
Al hablar por teléfono no presione el auricular contra la oreja porque puede causar adormecimiento. Si tiene conversaciones largas es mejor pasar el teléfono de una oreja a otra, así las manos no se cansan y no compromete su audición.
Directo al médico
Si siente comezón en los oídos, consulte al médico. Puede tratarse de hongos que deben ser atendidos con medicamentos.

La formación de tapones de cerumen deben ser atendidos por el médico o el audiólogo. Solo un médico está preparado para sacar cerumen impactado u objetos extraños de sus oídos.

La cera es un mécanismo de prevención del cuerpo, es por esto que no se debe eliminar completamente. Además, el uso de copitos puede generar tacos, lo cual supondría un problema mayor.

Cualquier supuración del oído, pérdida auditiva súbita, dolor, así como mareo agudo o crónico deberá ser evaluado médicamente.

Si usted, como padre de familia o persona que conoce bien a su hijo y cree que este puede tener pérdida de la audición, pídale al médico que le haga una prueba de la audicion lo antes posible. ¡No espere!

Signos de atención

A los 8-12 meses el niño no vuelve la cabeza hacia los sonidos familiares o no balbucea.
A los 2 años no entiende órdenes sencillas sin apoyo visual.
A los 3 años no localiza la fuente del sonido y no es capaz de repetir frases.
A los 4 años no sabe contar lo que le pasa.
A los 5 años no puede mantener una conversación sencilla.
Cuidado con su actitud
Dice ‘¿qué?’ con demasiada frecuencia.
Su falta de atención es frecuente y le cuesta concentrarse.
Pone la televisión a un volumen muy alto.
Orienta la cabeza hacia la fuente del sonido y mira fijamente a la cara cuando le hablan.
No entiende cuando se le habla desde otra habitación.
Higiene
Tenga especial cuidado con sus oídos cuando se presenten gripas o infecciones, que a la larga pueden causar pérdida auditiva. Las infecciones están consideradas como la segunda causa de pérdida de la audición.
Use las gotas para los oídos solo por prescripción médica.
Evite aguas contaminadas. Utilice tapones especiales para nadar o aplique en el oído unas gotas de aceite para bebé, que sirve como impermeabilizante y propicia la evacuación del agua después del baño.
Seque los oídos después de cada baño, para evitar la humedad en el conducto auditivo y a su vez, la posible infección por hongos.

No utilice baños caseros.
Esto lo debe hacer un médico otorrinolaringólogo.
Aproveche los controles médicos para revisar la salud de sus oídos y pregunte si es necesario efectuar una limpieza.

Tomado de: http://www.elpais.com.co/elpais/salud/noticias/recomendaciones-para-evitar-problemas-audicion-ninos
Foto: Archivo



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